Escuchar música.
Esta es la actividad determinante, esencial y definitoria de mi ser como músico.
Los vinilos de Led Zeppelin, Jimmy Hendrix, The Police, Aretha Franklin, Cream, Marvin Gaye, Frank Zappa, James Brown o King Crimson que mis padres escuchaban en mi más tierna infancia. Las cintas de rap de Public Enemy, Nazion Sur, A Tribe Called Quest o CPV que cambiaba en el parque. Los cd de Nirvana, Primus, Living Colour o Screaming Headless Torsos comprados en mis primeras visitas a las tiendas de música. Mi descubrimiento de la música electrónica, de Aphex Twin y Squarepusher a Clark y Ochre. El flamenco de «10 de Paco», «Hecho a Mano» o «Calle Real». Y como no, ese viaje iniciático que significó para mí el jazz (Miles Davis, Coltrane, Monk, Parker o Mingus, pero también Kurt Rosenwinkel, Brad Mehldau o The Bad Plus).
Eso es lo que conforma quién soy y dónde me encuentro. Quién es mi familia y mi gente. Es lo que se ha convertido en mi sustento, mi forma de vida, mi pasión.
Y espero no dejar de hacerlo como la primera vez. Porque esta es mi vida y lo que soy.
Escuchar música.